1.- HOMENAJE a la AUTORIA FEMENINA de ARICA y PARINACOTA

LA AUTORIA FEMENINA EN LA LITERATURA REGIONAL

(2009 – 2022)

(Homenaje a la literatura escrita por mujeres en Arica y la alta Parinacota, 8M 2023)

 

Nuestra literatura. Una literatura como la pampa, hermosa en su grandeza e inmensidad pero, vista atenta y al amanecer, (que no al mediodía), ribeteada de montañas, de quebradas y arenales, de ferruginosas texturas ásperas y tersas. Que dejan escuchar el peso del silencio. De igual forma nuestra literatura: algunos libros semejan montañas en lontananza, otros semejan cerros agrestes o respingados, otros son libros como quebradas, profundos, otros son llanos que permiten ligero caminarlos. Y hay libros como espejismos que nos persiguen toda la vida, que se nos graban en el alma y llevamos por cada calle que caminamos.

La literatura es una, cual pampa decíamos, y en el proceso de comprenderla y de aprehenderla es necesario fijar la vista, enmarcar, y nominar cada uno de esos espacios, trozos, en un tiempo determinado. Y en este afán nos sorprende la, su literatura femenina. Libros escritos por mujeres, libros de larga data e intrincada historia, semejante a los ríos del desierto que nacen imperceptibles, delgados, serpenteantes atraviesan este innúmero páramo, y como hilo de plata se pierden en la arena para aflorar más allá, verdes, y se vuelven a perder entre arenales, y tras el horizonte reverberante de calor y arena, fecundan en perdidas quebradas oasis de frutos, sobreviviendo, siempre alimentado napas que son vida; de igual forma se expresa en nuestro norte la literatura escrita por mujeres.


La literatura de autoría femenina posee larga data. Desde aquellos “monogatari” [i] de la cultura japonesa Heian del siglo XI, hasta Joanne Rowling autora de Harry Potter. Con esforzada persistencia ellas han escrito cientos de obras en la intimidad de una aristocracia, entre los vínculos de una burguesía, en la reclusión de un clero o mantenido viva una habla poética popular. Solo en estas últimas décadas podemos acceder a obras de mujeres que no han dispuesto más que de su fuerza de trabajo para sobrevivir y en consecuencia insertas en otros estratos sociales o culturales diferentes a los antes mencionados. Sin embargo, que no hayamos podido conocer su obras (o que solo conociéramos una ínfima parte), no significa que ellas no existieron, y para muestra, un botón: Alberto Manguel en Una Historia de la Lectura[ii]  refiriéndose  a la edad media  expresa que gran parte de la literatura en Europa la concentran trovadores y juglares (mester de juglaría, y mester de clerecía) y cita: “Del centenar de trovadores de la época de esplendor –desde comienzos del siglo XII hasta comienzos del XIII- cuyos nombres se conocen, unos veinte eran mujeres”.

Pero ahora, sea cual fuere la relevancia, -una siempre ecléctica relevancia- de la influencia y el número de ellas, el aporte de mujeres ha estado presente desde el nacimiento de la literatura, sin más la frase que inaugura las letras en occidente nace invocando a una mujer: “canta o diosa, la cólera del pélida Aquiles…”. E incluso hoy cobra vigencia nuevamente la hipótesis de Samuel Butler (filólogo y compositor inglés, 1835 – 1902) enunciada en 1896 que atribuye la autoría de la actual versión de “La Odisea” a una mujer habitante de lo que es hoy Sicilia. Y en el mismo sentido en oriente no es atrevido mencionar que la primera novela fue escrita por una mujer, “Historia de Genji” de Murasaki Shikibu, allá por el año 1.000. El aporte de ellas, su tránsito por ese mar de libros, ha sido, como ya lo decíamos, como los ríos de nuestra tierra.

Y si bien es cierto se carece de un estudio que identifique el aporte que han hecho exclusivamente los hombres a la literatura universal, nacional o local, hoy queremos concentrarnos en identificar la participación de las mujeres, de año 2009 al 2022, en la cimentación y configuración de nuestra literatura regional, porque su presencia ha sido (y sí, uso el pretérito imperfecto y no el perfecto) sustantiva y trascedente. Valga decir que hemos evitado hasta acá adjetivar la literatura como femenina o feminista, aunque si se hiciera no sería diferente a como otrora se adjetivara de regional, indigenista, chilena, europea o clásica, categorías que solo facilitan su comprensión. Identificar la literatura de autoría femenina de nuestra región, Arica y la alta Parinacota, resulta no solo per se interesante, sino un ineludible ejercicio porque la literatura producida, elaborada por mujeres nos permite concluir que es no solo un aporte sustancial, sino uno constitutivo de la naturaleza misma de ella.

 

El inicio de nuestra literatura regional es incierto. Definirlo dependerá de que tan rígida sea nuestra definición de literatura. Si la circunscribimos a su raíz litera, ergo: letra, estará en los primeros textos escritos, y el desafío será encontrar el primer texto de hechos de imaginería o de expresión de emociones personales. Siempre habrá un investigador que, para su efímera gloria, encuentre uno más añoso. Ahora, si usamos una definición más inclusiva, quizás podríamos encontrar sus antecedentes en leyendas o narraciones de mitos aymaras. O en responsorios musicalizados de cofradías religiosas. O por último, también es posible identificar su nacimiento en coplas, décimas o payas propias de la Guerra del 79 y luego durante el plebiscito referente a Tacna y Arica. Tres ámbitos que ofrecen generosos lineamientos y desafíos interpretativos en torno al origen de nuestra literatura regional.

Mas, para efectos de este artículo, baste decir que fue Nana Gutiérrez Bonelli (Tacna 1924 – Arica 1985) quien nos da una primera identidad en un corpus y en una época en que la literatura nacional se define en Santiago. Su personalidad y aporte se reconoce hasta hoy. Antes de ella justo es mencionar a Escilda Greve (Arica 1906 – Santiago 1990) quien se reconoce como una escritora ariqueña pero desarrolla una vida literaria en Santiago (actualmente Camilo Araya F. posee inédito en Antofagasta un acucioso estudio sobre la poeta), por lo que reservamos el nombre de Yolanda Gutiérrez Bonelli, Nana Gutiérrez, como fundadora de nuestra identidad literaria en el concierto nacional. Ella fue la primera que tuvo la suficiente apostura para desde nuestra ciudad escribir y difundir su obra. Nacida el 18 de Noviembre de 1924 en Arica, hace sus estudios universitarios en Santiago desde donde regresa antes de terminarlos, esos años en la capital le fueron suficientes para descubrir lo que sería su oficio y tejer una red de contactos que posteriormente le permitiría forjarse un nombre en la literatura nacional. Vio además en el Perú la perspectiva de proyectar su trabajo, intento que se materializa con  la publicación de “Calendario” (1972) en conjunto con importantes personalidades del país hermano, logrando así difundir también allí su obra. Nana Gutiérrez fallecerá en Arica un 21 de mayo de 1985.

Posteriormente encontraremos la coyuntura histórico política de fines de los 60 comienzo de los 70, en que la presencia de Nana Gutiérrez se comparte con los 8-9 números de la revista universitaria “Tebaida” (editorial Nascimento), publicación que se impone por su calidad en el contexto regional y nacional bajo la dirección de Alicia Galaz Vivar (Valparaíso 1936, EEUU 2003), académica y escritora. Aplica mencionar que la revista “Tebaida” era patrocinada por la I. Municipalidad de Arica, cuya alcaldesa era Elena Díaz Hevia, otra mujer, sin embargo, corresponde decir que de XX poetas publicados en Tebaida, solo xx son mujeres, es decir no por tener la dirección de una mujer es un revista que se caracterice por publicar textos de mujeres. Alicia Galaz cumplió un importante rol en esos años como directora del grupo poético homónimo de la revista, tiene una participación activa como articulista y pedagoga, y como poetiza en Arica, ciudad en la que escribe parte de su producción literaria. Este periodo de la literatura regional de fines de los sesenta y principios de los 70 fue identificado como el “periodo de Oro” de nuestra literatura regional (ver “La Literatura en el Norte de Chile” [iii]), periodo este que se cierra dramáticamente con la creación de la División de Comunicación Social (DINACOS) instaurada por la dictadura militar en Septiembre de 1973 que tenía como fin autorizar o censurar todo tipo de comunicación social, entre las cuales se contemplaban también las obras culturales.

Durante la dictadura, la literatura regional se expresa en la figura de Raquel Pino Parraguez (Colchagua 1926 – Arica 2012) prolífica periodista y escritora cuyas publicaciones superan los 20 títulos, la que por sobre méritos literarios posee un valor documental. Para esos años Nana Gutiérrez ya había publicado parte importante de su obra “Insectario” en 1980, “Manos Arriba” 1968 “Por el Rabo del Ojo” 1970 Premio Municipal de Poesía, “Abril” (1971), “Calendario” (1972) coaut con Winston Orrillo, Perú;  “Correspondencia” (1972). Por “Luna Llena” publicado en 1974 recibe el Premio al Mérito Literario de la Universidad del Norte Sede Arica, señala la página web de la Bibliotecanacionaldigital.gob.cl. No queremos con la expuesto anteriormente obviar lo que es de público conocimiento, a saber la presencia de un movimiento literario estudiantil en torno a la Universidad, sin embargo este fue signado fuertemente por ímpetus políticos como propiamente aymaras por lo que escapan al objetivo del presente trabajo 

Luego, durante los primeros años de la transición, 1990 adelante, la actividad de la Unión Tripartita de Intelectuales y Artistas, Arica Parinacota, UTIA AP., liderada por Pino Parraguez continúa incentivando la vida literaria regional. Gestiona con la I. Municipalidad de Arica el financiamiento para el primer encuentro internacional de mujeres en torno a la figura de Gabriela Mistral Mas adelante el “II Encuentro Internacional de Escritoras Nana Gutiérrez” del 20 al 23 de Octubre de 1999 en Arica, es un hito para la literatura femenina. Participan en la organización de este evento tres asociaciones locales de escritoras: el Centro Cultural e Integracionista “La Consentida” con su presidenta Luisa Guerra Moreno, la UTIA AP, la Unión de Talentos Internacionales y Autores con Raquel Pino P, como presidenta, el Taller Literario “Queñua” de la Corporación Cultural Municipal de Arica que lo dirige José Morales S. pero Isolina Acuña Vélez como Coordinadora Cultural del Taller trabaja en la organización del evento, junto a Miriam Luque por la Universidad de Tarapacá. Emiten un Boletín Informativo, en él exponen referente a las asociaciones que organizan: “La unión de estas cuatro entidades tiene por objetivo formar el Centro de Escritoras  de Arica, organización que pretende reunir el máximo de mujeres dedicadas a la literatura desarrollar talleres de perfección, apoyar sus publicaciones, que sin ser feminista toma todos los temas a tratar dentro de la literatura de la mujer” pag. 26 de Boletín Informativo, “Nana en el tiempo” de Raquel Pino P.  Justo es mencionar también en esta época la participación de Gladys Herrera Villegas quien permanentemente manifestó una particular preocupación por la literatura escrita por obreros de la pampa salitrera, obra que llevaba registrada en cuadernos.

Fines del siglo pasado e inicios de este fue un periodo de talleres como el Taller Rayma, los talleres de Ana María del Río y el nacimiento de Rapsodas Fundacionales fundado el 30 de noviembre de 2003, Presidente José Morales S. acompañado de Olga Hernández B., Palmira Burgos M., Silvia Córdova H., y Lili Rosales P. En el año 2012 la Presidenta es Ana Labbé G, acompañada por Margarita Figueroa Z., Lily Fernandez C., Sylvia Córdova H y Luis Araya N. Importante también fue en esa época la participación de Rodolfo Kahn que culmina con la publicación de “Heptadárica” (donde excepcionalmente solo publican hombres). En resumen, en las épocas más significativas de nuestra literatura han destacado ya por su influencia, por la calidad de su producción literaria, por su gestión o trabajo literario las figuras femeninas, es decir, la presencia de la mujer ha sido señera, puntal y gloria de nuestras letras.

       

  Hoy nos interesa identificar la participación femenina en un movimiento literario regional que goza de buena salud, un movimiento complejo en que se integran, y debemos reconocerlo no siempre con la suficiente pericia, variados actores, a saber: talleres literarios consolidados, incipientes editoriales locales, una carrera de diseño gráfico de Inacap, acceso a impresión con bajo costo en Tacna, una Comunidad de Profesores de Lenguaje, y por supuesto lo fundamental, un pujante y laborioso grupo de escritores regionales que se comprometió, arriesgando esfuerzo, tiempo y dinero, por construir esta literatura regional. También se debe mencionar la fuerte vinculación sistemática e inclusiva de esta amplia comunidad literaria con el Consejo Regional de la Cultura, hoy Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio y con la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos, Dibam, hoy Servicio Nacional del Patrimonio Cultural. Un movimiento literario que año a año va consolidando estilos, motivos y obras, convirtiendo a Arica en un faro que señala un hito literario para todo el norte del país, porque desde el nacimiento de nuestra región, podemos decir que comienza a configurarse un parnaso local que estos últimos años, culmina con la dignidad de aquel de fines de los años sesenta principios de los setenta.

Ya lo decíamos, hoy la literatura en nuestra región goza de buena salud. Cumplida su implementación como nueva región ha venido robusteciéndose la cantidad de libros publicados. Los talleres iniciados la primera década del siglo dan sus frutos, los aportes del fondo del libro y una estrategia regional de fomento lector nos permite hablar de un interesante movimiento literario que no se producía hace ya décadas. El informe anual de la Cámara Chilena del Libro señala que los ISBN registrados por la región van en aumento. El año 2009 la región era la penúltima en cantidad de títulos publicados por habitante. El 2014 fue la tercera región que más publica por habitante después de Santiago y Valparaíso, y el 2016 llega a ser la segunda después

de la capital, ubicación que se repite los años 2019 y 2021 lo que es evidencia de la fortaleza del movimiento literario regional. En la región se hace entrega desde el año 2012 al 2019 del Premio Roberto Bolaño dando cita en nuestra ciudad a lo más prominente de la literatura joven de Chile. El año 2015 Rapsodas Fundacionales hace el lanzamiento simultáneo de 15 títulos de obras literarias en un hecho inédito para la zona norte. La editorial Cinosargo de Daniel Rojas Pachas se consolida en este periodo con un total al año 2022 de 152 títulos publicados de escritores regionales, nacionales e internacionales, y una serie de antologías posicionándose como una de las principales editoriales del norte del país. La cantidad de títulos publicados de autores regionales durante el periodo observado 2009 al 2022 en nuestra región supera los 200 considerando además que este número se obtiene fundamentalmente de aquellos que han cumplido con la Ley de Imprenta en oficinas del SNPC ayer DIBAM en Arica. Existe además en la región un número significativo de escritores que se identifican por edad y estilo unos con generaciones anteriores a 1950 y otros con las posteriores a 1980 las que según la categorización de C. Goic -estas últimas- corresponderían a la generación novísima y novanovísima. Es imprescindible sí mencionar que la producción literaria regional, cada año más consistente y perfeccionada, carece de una crítica que le caracterice, interprete y facilite su acceso al público, solo se encuentran reseñas de las obras. A fines de 2019, Fidelia Martinetti Suarez junto a “Palabra Comprometida Ediciones” de Juan J. Tancara Chambe realizan un primer seminario dándole inicio así a un proceso que debiera de acercar y crear nexos mas consistentes entre un público lector y nuestras obras literarias regionales.

En marzo del año 2018 el Alcalde Geraldo Espíndola por medio de sus Oficina Comunal de la Mujer y la Dirección de Cultura de la I. Municipalidad de Arica realizó un homenaje a 34 mujeres ariqueñas por su trabajo literario, mas el trabajo en torno a la relevancia de la mujer en la literatura regional por parte de la comunidad literaria femenina venía organizándose desde el 17 de noviembre de 2017, en que las editoriales Cathartes (Connie Tapia), Dragostea (Maru Delgado) y Makinaria (Iris Kiya) organizaron el Primer Encuentro de Literatura Femenina “Mujeres escribiendo, mujeres leyendo”, trabajo el cual fue apoyado por la Biblioteca Pública Alfredo Wormald Cruz “La idea principal era mostrar las voces femeninas de la ciudad de Arica y a la vez rescatar la creación realizada por mujeres, ya sea local o universal. El llamado fue para llenar la biblioteca y decir: aquí si existen mujeres escribiendo, mujeres leyendo” señala Connie Tapia. La biblioteca pública se llenó con más de 100 mujeres y este evento culmina con el homenaje ya mencionado del año 2018 a las escritoras Ana Labbé, Anna Alday, Angélica Villablanca, Olga Salgado, Patricia Mardones, Sylvia Córdova, Marta Salgado, Aurora Parra, Lili Fernández, María Carolina Asis, Sara Silva, Luisa Castillo, Zenaida Segura, Vanessa Martínez, Iris Fernández, Erna Aros, Sabina Salinas, Fidelia Martinetti, Myrta Ramírez, Margarita Figueroa, Maru Delgado, Shirley Samit, Alejandra Palacios, Denisse Quezada, Connie Tapia, María Imperio, Giullia Olivera, Ana María Soza, Josefa Tello, Oriana Bugueño, Orfa Ferrada, Kathia Tapia, María Elena Zapata e Ingrid Guiller. Solo tenemos registros de obras literarias producidas por algunas de ellas, mas lo que sí es también innegable e importante destacar es el aporte en fomento lector y sus generosas participaciones de gran fuerza y valía a la vida cultural de la región.  

Ahora, frente a las obras escritas y publicadas por mujeres durante el periodo observado a las que hemos tenido acceso cabe preguntarse por cuáles son sus rasgos distintivos o elementos que les caractericen. Ellas como sexo, ya lo decíamos, han históricamente cumplido un vital papel en la literatura regional. Las de hoy, sus obras, cuáles son?, mediante qué tendencias o estilos se expresan?, qué géneros literarios son los que más practican?, cuáles son los principales títulos?. Estas son algunas de las preguntas que a continuación pretendemos responder.


 


 

 

 

LA LITERATURA FEMENINA DESDE EL AÑO 2009 EN LA REGION DE ARICA Y PARINACOTA

 

 

El apoyo institucional a mujeres de Arica por medio de proyectos financiados por el Fondo del Libro del año 2010 al 2022, ha sido de un total de 165 proyectos, 35 para mujeres y 110 para hombres (20 han sido otorgados a instituciones). Al año 2015 después de entregar durante 6 años financiamiento para proyectos, solo dos mujeres se habían adjudicado fondos, Silvia Córdova y Tania Durán Poblete. Recién el 2016 se suma a ellas Milvia Alata. Es decir: al 2016 adjudicados 48 proyectos, solo 4 de ellos han sido para tres mujeres (M Alata gana 2 proyectos el 2016). Y en dinero a ese año, de $204.429.000 aportados por el Fondo del Libro solo $13.092 han beneficiado el trabajo literario de  mujeres de nuestra región, es decir el 6.4%.

Hoy al 2023 la situación ha mejorado para ellas aunque solo en parte, -eso si recordamos que los años 2010, 2012, 2013 y 2015 no se financió ningún proyecto a mujeres-, de un total de $716.690.318.- que equivale al cien por ciento concursable entregado por el Fondo del Libro a la región al 2023, $416.112.757.- o el 58.1% del monto de los proyectos son adjudicados a hombres, y $135.058.227.- o el 18.8% a mujeres (el restante 23.1% se entrega a Instituciones).  

Ahora si consideramos solo el RUT de los beneficiados y su sexo –independiente a si lo han ganado una o más veces en estos últimos 11 años– encontramos que de un total de 50 beneficiados (RUTs) hay 36 asignados a sexo masculino y 15 asignados a sexo femenino y 7 a instituciones.

Y mas específicamente si observamos solo el ítem de “Creación” [iv] de un total de 48 proyectos financiados, solo 10 han favorecido a mujeres.  Y en el ítem “Fomento a la Industria Apoyo a Ediciones” de un total de 47 proyectos financiados encontramos que 10 han beneficiado a mujeres. En resumen, entre las personas que resultan beneficiadas con proyectos se manifiesta un pronunciado sesgo favorable a hombres, ya pecuniario como cuantitativo, y en particular en ítems ya mencionados como creación y apoyo a ediciones sesgo que existe pero mas disminuido en otras líneas como las de fomento lector por ejemplo.-   

Justo es decir que las cifras anteriores, extraídas del sitio web del MINCAP, también deberían cruzarse con la cantidad (por sexo) de postulantes al financiamiento de proyectos, información a la que no hemos accedido y variable que podría aportar información relevante, más las diferencias arriba expuestas son tan notables que la suma de una variable no debieran deslegitimar la conclusión general, a saber: que el apoyo institucional en estos últimos 13 años ha favorecido mayoritariamente a hombres.

El corpus del presente trabajo considera la producción de obras literarias, escritas por mujeres y publicadas entre el año 2009 y 2022, obteniendo un total de 70 títulos (obras) entre los cuales predominan los cuentos (13) y la poesía (13). Este corpus se construye sobre la base de obras literarias que dan cumplimiento al Depósito Legal o Ley de Imprenta, Ley 19.733, en la Coordinación Regional de Bibliotecas Públicas de Arica, complementándose con títulos que han sido donados directamente a bibliotecas públicas de la región. Hay un número importante que por desconocimiento de sus autoras o de la imprenta, o porque les resultaba oneroso (hasta el año 2015 se debían entregar 15 ejemplares, hoy son solo 5 en el marco de esta Ley) no cumplen con esta obligación. Decíamos entonces que el corpus de 70 obras no es el total de publicaciones realizadas por mujeres en nuestra región en estos 13 años, existen ya decíamos aquellas que no han cumplido con la Ley de Imprenta, como también una serie de maquetas de cartillas en el marco de campañas sanitarias (Sida, odontológicas, parvularias, etc) de la Odontóloga Ana Alday, este gran número de cartillas publicadas por ella permite hablar de una colección, la mayoría son fotocopiadas, engrapadas, en blanco y negro y no superan las 20 páginas ni la edición los 20 ejemplares, incluso hay muchas de solo 4 o 5 ejemplares. Junto a lo anterior existen también publicaciones de mujeres como Iris Kiya poeta boliviana que durante su residencia en Arica deja una serie de publicaciones en formato cartonera con “Makinaria” (junto a Matías Tello) y la producción de Connie Tapia que desde el 2018 realiza con el taller Literario “La Licuadora” en formato de Fanzine. “Fugitiva cartonera” fue otra experiencia literaria importante que desempeña Arlene Muñoz D. (junto a Esteban Mondaca y Marcelo Ibarra) entre el 2015 y 2018, hoy en receso, llegando a publicar 5 títulos que se difunden en Arica, Santiago, Valparaíso y Bolivia. Dada las características experimentales, de eventualidad, lo limitado del número de ejemplares de las ediciones y el ámbito de circulación de estas publicaciones no las consideramos como parte del corpus, al igual que las publicaciones de autoría femenina en instituciones como la Universidad de Tarapacá, SERVIU, MINVU, municipios, etc., publicaciones estas últimas que por su carácter institucional y circulación más específica, tampoco fueron consideradas.

Por último existe otra producción literaria no consignada en el presente documento que se circunscribe al concurso literario “Hazla Cortita” que va en su 12° versión (el año 2015 no se realizó) y suma un número superior a los 37.800 mil cuentos participantes. El concurso tiene como tema único nuestra región y una extensión máxima de 100 palabras, y consigna ya en la categoría estudiantes a mas de 106 obras premiadas de las cuales 55 corresponden a alumnas y 51 a hombres (lo equiparado de los totales es absolutamente casual). La importancia además de esta cifra es que permite confiar en que existe una equilibrada habilidad e interés de ambos sexos (es mas difícil definir con la categoría de géneros) por la práctica de una literatura regional. Por último mencionar que la mayoría de los cuentos ganadores han sido publicados en dos oportunidades [v]

Hasta aquí hemos registrado diferentes aspectos por los cuales la literatura de nuestras escritoras de Arica y la alta Parinacota merece mas que un homenaje. Junto a una producción notable desde lo cuantitativo, de un disminuido apoyo institucional frente al otro sexo, de un amplio espectro etario de las escritoras que abarca desde principios de la década del 30 hasta fines de la década del 80 no menos no menos notable es la incursión o presencia en una amplia variedad de géneros y sub-géneros Esta es una importante característica: las obras de nuestras escritoras cubren testimonios, recreación de leyendas, cuentos, antologías, crónicas, teatro, relatos, novelas y poesía. Géneros y sub-géneros en los cuales encontramos además diferentes vertientes como por ejemplo poesía infantil, étnica, haiku entre otras. Y aún cuando no resultan pertinentes en esta situación las referencias a la investigación como categoría literaria, hemos incluido estas publicaciones por cuanto son producto, no de la academia, sino del esfuerzo personal, lo que nos parece destacable y digno de mención en beneficio de la producción literaria femenina de nuestra región. Por ello queremos comenzar esta exposición en las fronteras de la literatura, a saber: por la investigación.

    



Las obras que dicen relación con Investigación no institucionalizada y por ello destacable dado el esfuerzo y compromiso con el tema y la región se concentran en Oriana Pardo B. y Marta Salgado Hernández. Oriana Pardo B. trabaja sus temas y publicaciones con José Luis Pizarro, trabajan bajo el sello de Editorial Parina y han publicado desde el año 2004 cinco títulos y residen entre Roma y Arica. Marta Salgado H. ex funcionaria de la biblioteca de la Universidad de Tarapacá, ha investigado respecto a la presencia afrodescendiente en la región, y su publicación “Afrochilenos: Una Historia Oculta”, 230 pags., ya posee una segunda edición. Junto a ellas Pamela Cerda Pfeng, antropóloga que publica también “Arica a través de la Familia Copaja”, (2017) 84 pags.,en torno a nuestra identidad regional, un libro de fotografías de esta tradicional familia ariqueña, trabajo similar al de Ariela González Yanulaque que junto a Rodrigo Ruz S, publican el “Archivo Fotográfico Manuel Yanulaque Scorda” (2013) 112 pags., un hermoso libro con una primera edición en tapa dura. “Anatas, Cenizas y Tentación. Relatos y música del carnaval de Putre” (2022) de Javiera Tapia Durán quien es coautora junto a Dante Escorza C. Es un libro de 215 páginas apaisado con una amplia información referente al carnaval que incluye ilustraciones y partituras. Otra publicación dentro del ámbito de la investigación es “Desde las Ancestras a la Actualidad: Mujeres negras de Arica y sus resistencias” 163 páginas, Arica, 2019, de Carolina Cortés Silva y Camila Rivera Tapia, afrodescendientes, profesionales pertenecientes a la Colectiva de Mujeres Afrodescendientes Luanda. Otro título es “Entre el Conocimiento Limitado, el Racismo de Estado y las Violencias de Género Racializada” es el resultado de una investigación y su publicación estuvo a cargo de Ambar Lizana investigaicón que realizaron Isabel Araya M., Yanina Ríos Q., Lissien Salazar O. y Claudia Parra A. coautoras con Pablo Mardones CH., y Ricardo Amigo D. publicación realizada en Arica, 52 pags., año 2022, Imprenta Krom, no posee página legal ni ISBN, y las autoras que son ariqueñas están destacadas en negrita. Patricia Cabello Ruffran es autora de “Encuentro Regional de Medicina. Dejamos para el final a Magdalena Pereira Campos y Constanza Tapia Riquelme que cumplen con el trabajo de coordinación y son autoras de “Las Culturas Andinas en los Archivos Documentales” publicación apaisada de 61 páginas acompañada de fotografías, las dejamos para el final pues ellas no residen actualmente en Arica, aun cuando esta publicación fue realizada cuando sí residían en la ciudad [vi] . Si bien no encontramos elementos coincidentes que permitan configurar un estilo o una metodología común en estas investigaciones, (quizás sí una temática compartida respecto al mundo altiplánico y migración) sí podemos decir que sus publicaciones no responden a un acercamiento eventual y superfluo en el tema, sino que es producto de trabajos permanentes, responsables, documentados, serios y profundos, por lo que es lógico esperar nuevas publicaciones extra académicas ya de las autoras mencionadas como de otras mujeres en el área de la investigación.

 


El Testimonio es un género que guarda con la investigación lejana semejanza, ya respecto al uso del lenguaje, ya en referencias al margen de la ficción, pero que permite en la disposición como en la descripción libertad al estilo. Los libros que encontramos publicados por ariqueñas van desde testimonios que comprometen espacios propios de la intimidad del que es buen ejemplo Ana Labbé, (Rancagua 1932) y Natacha Poblete Araneda (Peumo 1945) con su libro “Es la Vida” (2016) de 43 páginas y 9 relatos acompañados de fotografías que ilustran el contenido de los textos centrados en el narrador y recuerdos personales, la mayoría en primera persona, un libro homogéneo, con un lenguaje cotidiano. Otro ejemplo de este registro es “Historias de Pobres, Relatos y Poemas” (2017), 135 pags., de Marisol Cid Varas testimonio de dramáticas expresiones sociales que en su tercera parte incluye poesías. También está presente el testimonio personal sobre la Arica de la infancia, o aquel que deja el registro de Brenda Barahona, “La Historia del Cacique”, su padre, Tesoro Humano Vivo (de Iquique). Cada libro dentro de este sub género marca un estilo. El libro de Ana Labbé, reconocida docente de nuestra ciudad,  “Como Decíamos Ayer” (2009) segunda edición de 68 pags., publicado bajo el sello de Colección Rapsodas Fundacionales (CRF) es una referencia directa a la conocida frase de Fray Luis de León cuando retoma la docencia después de sufrir las penas de la inquisición, una frase que refleja la enorme fortaleza del español ante la adversidad y de esta forma atribuye esos méritos a 15 profesoras y un profesor con los cuales ella ha convivido y que han dedicado de forma ejemplar su vida a la pedagogía en Arica; también publica mas adelante “Recuerdos Liceanos” (2016) 40 pags, también en la CRF en que se vuelve a referir al mundo de la docencia. De igual forma el trabajo de Manuela Landón Vio (coaut con Udo Goncalvez) “Esdeariqueños”, de carácter más anecdótico, que registra la actual vida citadina por medio de frases. Esdeariqueños: “decirle pupo al ombligo”, “comer tallas” o “pasar el 18 de septiembre en Tacna”. En un contexto diferente pero con propósito similar es “Aymara Phunchhawinaka” (2019), Ariaka Editorial, todo color, de Constanza Mena Vergara y Bárbara Tomicic Rebolledo que va graficando testimonios de rituales de paso, costumbres y festividades propias del mundo andino. “Aymara wywanaka tuqita yatikiptatawa” (2017) todo color 32 páginas, bilingüe que tiene una segunda edición el mismo año ambos de editorial Ariaka son también publicaciones de Constanza Mena y Bárbara Tomicic. Un libro en contraste es “Arica del Pasado en los Caminos del Tiempo” de Sylvia Córdova Hernández (Arica 1939) que en pequeños artículos reseña lugares como La Rambla, La Recova o la feria Sangra con un lenguaje descriptivo y mayormente ausente de adjetivos, libro del año 2017 en la CRF. Son dos generaciones que referidas a un mismo tema, la ciudad, conforman su testimonio en sus particulares estilos, una polifonía interesante que aporta grandeza a nuestra literatura regional. Si bien La Crónica es un género hermano del testimonio, tiene características particulares que permiten clasificar con precisión la publicación de Labbé González, “Travesía Marítima por el Austro”, año 2017, 30 pags., CRF, y parte del libro “La Capital del Tesoro” de Graciela Quiñones. “Senderos Narrativos” 181 pgs. del año 2011 impreso en Herco Editores SA de Silvia Córdova consigna la segunda mitad del libro como crónicas bajo el título “Pinceladas de Arica del Pasado, en los Caminos del Tiempo” acompañada de una cita de Humberto Díaz Casanueva que nos permitimos reproducir en beneficio de definición del género: “Como centinela pregunto: ¿quién se esconde en el tiempo y me mira?. Algo pasa temblando, algo estremece el follaje de la noche, el sueño errante afina mis sentidos, el oído mortal escucha” 

Los tres géneros anteriores, que si bien consideramos dentro de nuestra literatura regional, son stricto sensu parte de un discurso de no ficción. Ellos, al menos los dos últimos: el testimonio y la crónica, no excluyen la presencia del recurso literario en el lenguaje, pero entendemos que este atiende fundamentalmente a un referente real.

  


  El corpus que conforman nuestras escritoras durante el periodo observado (2009 al 2022) es consistente, complejo, amplio y permítaseme la arbitrariedad de agregar, agraciado. Y su complejidad nos lleva a un primer problema que es el enmarcar y definir problema particularmente complejo frente a obras, que no son pocas, que superan las estructuras tradicionales del relato literario, entendiendo por tradicional aquellas definiciones que nacen en un Kayser [vii] o en Wellek y Warren [viii]. Es por ello que con el fin de ordenar la exposición  hemos configurado una primera categoría ya explícita de Investigación, Testimonio y Crónicas, y una segunda de ficción que comprende poesía, novela, cuentos, relatos, leyendas y drama..

Y desde acá entra ya en vigencia, sostén y arbitrio el concepto de literatura, concepto que varía con las épocas pero que también lo comprenden de forma particular diversas culturas con las que hoy convivimos. Así, los discursos literarios no son estructuralmente homogéneos a través de nuestra historia ni necesariamente coincidentes en contextos interculturales como es el caso de nuestra región. Teun Van Dijk en “Estructuras y Funciones del Discurso” [ix] pag. 118 lo dice así: “La literatura, entonces, se define esencialmente en términos de lo que alguna clase social y algunas instituciones (las escuelas, las universidades, los libros de textos, los críticos, etc.) llamen y decidan usar como literatura.” No es nuestro propósito definir lo que entendemos por literatura, ni menos decir cuáles libros de los publicados estos años lo son o no. Adscribimos bajo esta definición a aquellos que se auto-designan como obras literarias, por cuanto opinamos que la autopercepción de la obra es un referente valioso, pero fundamentalmente legítimo, que contiene además el valor de ser un testimonio de época.

 

 


 La poesía es el género más fecundo, desde la generación de Erna Aros  autora de “Poecuentos con Pinceles Codpeños”, (2009) hasta la de Connie Tapia Monroy autora de “Viviendo entre Sarracenos”, (2018) 55 pgs., Editorial Cathartes. Desde estilos tan disímiles como “Chile en Haiku” de Iris Fernández Angel, hasta “Susurros” (2014) 50 pags., CRF, Imprenta Krom, de Patricia Mardones. Y la producción femenina de Rapsodas Fundacionales que puede expresarse en Margarita Aguilar (1943) “Entre Bosques y Arenales”, (2014) Imp Krom 50 pgs; Rosa Flores Varas  “Cuando las Lágrimas Caen” (2016) Imp Krom, 48 pags., Elena Márquez “Las Memorias de Garletín” (2014) Imp Krom, 44 pags. También se adscriben a este género Myrta Pantoja que se firma Suspirito, con “Semillas de Silencio” autoedición corcheteada de 20 pags., y Lorena Jiménez Watt con “Amor y Desamor” (2015) también autoeditado y corcheteado de 55 pags., y Myrta Ramírez quien el año 2014 publica “Mirando entre Versos” que tiene una segunda edición el año 2017 en la CRF en imprenta Krom. Myrta Ramírez con un posterior libro “Con Cariño para los Niños” (2016), 52 pags., CRF, Imp Krom, explora en la literatura poética infantil subgénero en el que también participa Margarita Figueroa Z. con “Para Pequeñitos” (2014) 2da edición, CRF, Imp Krom, a quien el 2016 el CNCA le financia a la misma obra una separata para el Día del Libro. Poeta ella que el año 2012 obtiene un tercer lugar en el concurso nacional de cuentos FUCOA.

Para la mayoría de ellas, por no decir todas, no son los libros mencionados su obra prima. Aros, Mardones, Fernández Angel y Ramírez ya superan los cinco títulos publicados. Las ediciones de Rapsodas Fundacionales que comprenden un número importante de los libros de poesía publicados en este periodo por mujeres, al comenzar a imprimir en Krom han logrado una homogeneidad y calidad en su presentación, además lo han hecho en un formato que ayuda a una relación más cómoda, directa y “limpia” con el contenido del texto, cómoda en la uniformidad y ordenamiento de la impresión del texto en la página, como también en el tamaño de la letra y el tipo de papel;  directa por el cada vez más limpio acceso al texto y su sentido, siendo estos, los textos, cada vez menos acompañados con viñetas, dibujos, iconos u otros elementos que predisponen a entender el sentido de lo narrado limitando su polisemia, elementos que además permiten al lector juzgar la calidad de la imagen y asociar está a la calidad de lo narrado. J.M Coetzee, premio Nobel de Literatura 2003 cita un concepto [x] que desarrollara Walter Benjamin en su obra “Pequeña Historia de la Fotografía” (1931) concepto que, aunque extemporáneo resulta pertinente, menciona: “una especia de relación subjetiva entre una obra de arte y su espectador: el espectador miraba y la obra de arte, por asi decirlo, le devolvía la mirada”  Una idea que Benjamin asociará luego al “aura” perdida de la obra en una etapa industrial, pero que en esta oportunidad es pertinente para graficar y enfatizar en el valor de la mediación limpia, -o afectada-, entre lector y texto.

El año 2021 Margarita Figueroa publica un nuevo poemario pero esta vez circunscrito al mundo andino, al de los payachatas, de la awicha y de sus ancestros del valle de Codpa “Afrodisiaco Andino” 60 pags., Imp Krom. Antes Myrta Ramírez ha publicado el 2019 “Desde mi Ventana” 96 pags, CRF, Imp Krom, una poesía intimista y cuidada .

Los anteriores son 13 títulos de mujeres escritoras que dieron cumplimiento a la Ley de Imprenta en las oficinas de la ayer DIBAM hoy Servicio Nacional del Patrimonio Cultural durante el periodo estudiado que -corresponde mencionar- considera los años de enclaustramiento producto de la pandemia. Doce autoras, poetas, vigentes y publicando y 13 títulos de solo poesía de los que seguro hay mas no registradas hoy por nosotros.

 




 La Novela es parte de un género mayor cual es la prosa, por su extensión por como por su contenido y arquitectura, género este en el que se encuentran títulos como los de Alejandra Palacios Heredia (Arica 1979) y Josefa Alfaro Tello, (Arica, 2001) la primera con “Shuvanis, Diario de Alexandra” (2017) 258 pgs., Editorial Digital; y  Alfaro Tello con “La Escasez del Chocolate” (2017) Edit Chiado, 215 pgs., dos jóvenes escritoras que exploran en la narrativa de ciencia ficción. De generación anterior son Savina Salinas con “Puertas Adentro” (2017) 28 pags., CRF, Imp Krom y Vanessa Martínez con su novela breve “La Warmi de Caleta Vitor” 12 pgs., autoeditado y corchetes, CRF, ambas novelas breves e intimistas. El año 2021 Orfa Ferrada Abe publica “Campos de Tréboles”, novela de 132 pgs. Editado en Arica y publicado por casacreativa.nikkei en tapa dura y anillado, un relato que trata el drama de la interculturalidad contextualizado en la inmigración asiática. Ese mismo año Connie Tapia Monroy hace público “Canciones Diabólicas” 119 pgs., Cathartes Ediciones, un texto que considerando su unidad en el índice semejante a un long play o disco de larga duración (a diferencia de los singles, que serían los cuentos) lo clasificamos como novela al que hay que reconocerle también una uniformidad en el ambiente y las necro-preocupaciones de sus personajes. Mas, antes la memorable Silvia Córdova Hernández reedita su “Vieja Coqueta” (2015), 42 pgs., CRF, Imp Krom (van 3 ediciones ya) y su colección de cuentos: “Senderos Narrativos” que en estricto rigor la segunda parte del libro, (de la página 89 en adelante) ella los identifica como “crónicas” lo que ya señaláramos en páginas anteriores. La amplitud de estilos y contenidos de las novelas escritas por mujeres durante este periodo es de indiscutible consideración y amerita observación y comentarios consistentes y especializados.

 



Otros Cuentos notables de la producción femenina de estos años son los de Vanessa Martínez “Alquilo Habitación a Caballero Solo” (2016) 50 pags., Colección Rapsodas Fundacionales (CRF), Imp Krom, libro que posee título de novela, y “Mi Cáscara de Nuez” (2014) 48 pags., Imp Krom, de la Colección Rapsodas Fundacionales (CRF) que tiene una segunda edición independiente el año 2015. Margarita Figueroa volverá a publicar el 2019 “La Luna en la Pachamama. Cuentos y poemas para niños” de 84 pags, Imp Krom. Junto a ellas Ana Labbé González con “Cuento a la Sombra de un Guayabo” (2014) 32 pags., CRF, Imp Krom, publica en la colección CRF nueve textos para un público infantil ambientados en la ciudad de Arica que buscan, a su decir, “la valorización de la conducta humana en sus expresiones de ternura, solidaridad, aprecio por la libertad”. Mención necesaria es la de Nifam Ediciones que responde a Nidia Faúndez Aguilar y que ha concentrado su producción en libros infantiles enmarcados en tradiciones andinas junto a Verónica Yucra Inquiltupa y la ilustradora Alejandra Salinas Varas. De ellas es “Cuentos Tradicionales Andinos para Niños y Niñas” (2019) segunda Edición (desconocemos la primera) de 80 pgs., a todo color, papel couché, de 100 ejemplares que suponemos se imprimen ya agotada la primera edición. De similar título “Cuentos Tradicionales Andinos para Niños y Niñas” pero de diferente contenido es este libro del año 2020, de 80 pgs., a todo color en couché. Y “Cuentos Andinos para Niños y Niñas”, 72 pags., primera edición del 2020, es el tercero de la serie, un gran trabajo de Nifam ediciones. El año 2021 Nidia Faúndez publica “El Nacimiento de Angelita” 24 pgs., todo color, couché, cuento para niños ilustrado por Alejandra Salinas, pero este a diferencia de las otras recopilaciones es de creación propia. El año 2019 Estefanía Bernedo Plazolles lanza su primer libro de cuentos “Senda Llacunes”, 78 pgs., Editorial Aparte, cuentos que el año 2020 obtienen el Premio Marta Brunet en la categoría juvenil. “Senda Llacunes” reúne una colección de 5 relatos ambientados en el mundo andino. Estefanía Bernedo había ganado el año 2017 el segundo lugar en el Concurso Historias de Nuestra Tierra de FUCOA.

Los libros que hemos debido definir como Relatos, corresponden ya a su auto-designación o ya a aquellos que dificultan su clasificación formal ya por su estructura semántica. En el contexto enmarcado en estos últimos 13 años de nuestra literatura regional, algunas de las publicaciones de escritores y editores de las nuevas generaciones se inscriben en este sub-género al que debemos de referirnos por cuanto también encontramos en él presencia femenina, por ejemplo en “Juegos Cruzados. Perversiones Literarias Chile Argentina Perú” (2015) 69 pags, antología de Cathartes Ediciones y Editorial Cinosargo, ambas de Arica en la primera tiene responsabilidad de dirección Connie Tapia Monroy. y es una de los 8 autores publicados que definen sus textos como “micro relatos”. Situación similar a “Carnívoras, Relatos Zombies Escritos por Mujeres” (2022) 177 pgs., que edita Cathartes y Editorial Astartea. Connie Tapia aparece solo como uno de los autores de la introducción. No es el caso del relato “Bajo el Sol de Arica” (2014) 50 pags, CRF, Imp Krom de Katia Tapia M. relato que parece buscar un estilo que se acomode a su temática sin encontrarlo. También debe mencionarse en esta categoría “Tengo un Problema en mi cabeza?” (2021) 100 pgs., Edir Lusevo, de Evelyn Gutiérrez Iturra (Evelynlandia). Dejo la mención de “Ayrampo, Tiñes Nuestra Sangre Andina” (2016) 48 pags., CRF. Imp. Krom al final porque aunque clasificado como relatos, es el que más se asemeja al género que a continuación mencionamos, la leyenda. En este libro de ocho relatos y un poema Lili Fernández Canque (Putre 1936) desliza su contenido en momentos hacia la autobiografía, en otros a la semblanza, en otros al testimonio. Estos relatos tienen un estilo, una fuerza de contenido y una unidad lugareña que los redime. Lili Fernández Canque experimenta en “Ayrampo” un discurso con el cual logra configurar un estilo personal e inclusivo de las particularidades propias del relato de sus ancestros, dicho en palabras del ex académico y escritor don José Morales Salazar “sabiéndose originarios de una matriz socio cultural común, se identifican como hermanos, prestos a iluminar y reforzar su espíritu tribal fraterno, solidario y constructivo” porque es justamente este espíritu tribal, fraterno y constructivo lo que sostienen estos textos, lo que se deja entender de ellos. Lili Fernández ha publicado en estos últimos 10 años, además del libro ya mencionado, “La Ñusta que Encontró en Putre la Fuente de Juvencia y Otros Relatos” (2017) 52 pags., CRF. Imp Krom. Publicación similar a la anterior la que al igual se acerca al sub-género quizás más popular que los tradicionales entre escritoras y escritores ariqueños: la leyenda. En este libro el relato “Mi Abuelita Rosario”, es una narración notable en que además de las emociones trasmitidas con la trasparencia del aire del altiplano, hace convivir en sinigual armonía un exquisito castellano pleno del influjo aymara

  



La Leyenda ya lo decíamos es una forma expresiva muy recurrida por escritores ariqueños, particularmente por escritores de una generación anterior a la del 1960. La historia de Arica como ciudad, con gran presencia de aymaras y afrodescendientes, data de 1.540 y es rica en lugares y acontecimientos que alimentan interpretaciones maravillosas, desde las cuevas del Morro de Arica, los subterráneos del mercado, los trágicos atropellos en Azapa, los ataques de piratas en las noches, el infiernillo, hasta hoy con la contaminación por plomo. Estos lugares y situaciones han sido registrados por algunas de nuestras escritoras, una de ellas es Patricia Mardones (Arica 1951) escritora de estilo y temática clásica, que reeditase “Susurros” el año 2014 en el que expresa “La literatura puede ser considerada como estrategia creativa para fortalecer el desarrollo personal”, Mardones incursiona con “El Hombre sin Cabeza y otras leyendas de Arica urbana” (2018) 24 pags., Binah Ediciones, Imp Krom, su último libro, en el rescate de nuestra imaginería urbana, a su decir: en “una cultura que se funda en las raíces de la magia y lo maravilloso”. Al igual Iris Fernández Angel (Ovalle 1947) publica “Arica y Parinacota, Ruta de Leyendas”, (2011) 57 pgs., 500 ejemplares, libro nacido “para dar a conocer un sustrato que forma parte de la configuración de nuestra identidad regional” y en el que publican Silvia Córdova H., Vanessa Martínez, Myrta Ramírez, María Imperio Robles, Sara Silva Alvarado y Angélica Villablanca Luoni entre otros autores masculinos. Junto a ellas Margarita Figueroa Z. (Iquique 1947) publica “Entre el Sol y la Pachamama” (2017) 42 pgs., CRF. Imp Krom 9 relatos que al decir de Ana Labbé en la presentación del libro su “temática esta más relacionada con las creencias y tradiciones latentes en el mundo rural”, relatos que  “permanecen en el imaginario cultural de nuestros pueblos originarios”.

Trinidad Vázquez Ponce, el año 2009 incursiona en el género Dramático con una obra “Fundamentos Coloniales de Arica” 31 pgs., texto para obra de teatro que se ambienta en la Arica colonial e incluye entre sus personajes a ilustres ciudadanos españoles y temibles piratas ingleses. Obra en cinco actos que recomienda su autor puede ser representada en colegios. Trinidad Vásquez P publica también “Jaula de Cristal para Las hadas del Parque” libro de poemas.

   




En Antologías es destacable el trabajo de Karolina Araya Sandoval que junto a Erick Leiva Soto han editado en dos oportunidades “Un Pequeño Relato para el Picaflor de Arica” (2017 y 2018) ambos de 14 pags. como resultados de concursos literarios de los años 2017 y 2018. El segundo con ilustraciones de Ronny Peredo. Alejandra Palacios Heredia, de quien antes mencionáramos su novela, el año 2022 hace pública su “Antología Fanzine “Los Siete Pórticos” ” bajo La Gata Ediciones en formato cartonera, 54 pgs., de 200 ejemplares numerados, incluye imágenes como El Grito de Munch y pinturas de C. Carvajal. También está el trabajo de Connie Tapia M. en la Editorial Cathartes que estos últimos años realiza una serie de publicaciones con énfasis en su generación y estilo. Las antologías que han publicado son “Juegos Cruzados (coedición con Cinosargo, 2015) y “La Taberna de Innsmouth” N°1 y N°2. El N°1 sale formato revista y el N°2 en formato libro, donde aparece un comics en colores del cual es autora Connie Tapia de la historia y guion. Este comics lo titula “El Extraño”, en honor al relato homónimo de H.P Lovecraft. También publica “Proyecto Usher” 2020 junto a la Editorial Raíces Latinas (Estados Unidos) la antología reúne textos de escritores chilenos y peruanos. La mencionamos por ser Connie Tapia una de las antologadas y gestoras del proyecto. En torno a ella se reúne un interesante grupo de noveles escritores con una identidad etaria, unidos por la prosa y una temática compartida.

En el aspecto temático podemos decir que la literatura escrita por mujeres en estos últimos 13 años (2009 – 2022) tiene cuantitativamente una predisposición por la poesía, sin perjuicio de una práctica de destacable amplitud de estilos y géneros literarios, ellas están presentes tanto en la novela como en un haiku, en la investigación como en testimonios y poesía infantil. Sus obras van a expresar una percepción de la realidad asociada a dos directrices, una tiende a la tradición y hacia la introspección e incluye el mundo altiplánico, y la otra se proyecta a lo anglosajón, hacia la pantalla, y busca en la ficción futurista. Son también dos generaciones de mujeres, la primera previa a la década de los 70, la mayoría profesionales para las que la asociatividad es un valor significativo. Crean una literatura regional que hace propia una interculturalidad entendida como la suma de un lenguaje, motivos y tópicos propios de la cultura aymara, del sur de Perú y del suroeste de Bolivia, que les permite incorporar en la elaboración de sus textos localismos como vocablos aymaras o quechuas, giros dialectales y renovadas significaciones propias de una semántica distintiva, particular, que caracterizará a la literatura ariqueña y parinacotense hasta la generación del 70. La mayoría de ellas han publicado su primer libro sobre los 40 años, y su obra previa ha sido recopilada en antologías o revistas. No expresan como generación una actual lectura de la ciudad ni de su entorno social (hay excepciones) y tratan de perpetuar remembranzas superponiéndolas al contexto actual. La segunda generación de mujeres, menor en número, han publicado su primer libro en su mayoría antes de los 40 años, son nacidas en los 80 y después y han incorporado giros en inglés a su lengua materna. No miran hacia el altiplano, se proyectan en las pantallas, la alteridad es anglosajona, y la asociatividad virtual. Sus textos se reducen por supuesto que a más de 140 caracteres.   


En el marco de la literatura regional y considerando ahora a todos sus autores y todas las vertientes (género, étnicas, etarias) que ya no exclusivamente la de mujeres, es por todos conocida la acentuada presencia de dos generaciones que podríamos identificar como los nacidos antes de 1950, y los nacidos en la década del 80 en adelante. La primera es una generación que, a la caracterización hecha en el párrafo anterior, se le puede sumar el entender el acto de leer literatura como un acto edificante, de legítima valoración social, que permite incluso el ascenso social, algunos de sus integrantes llegan a defender un carácter terapéutico. Un mismo acto –el de la lectura- que para la nueva generación se ha transformado, -cuando se leen así mismos-, en corrupción y decadencia, para los cuales leer es participar del acto de descomposición social, un crepúsculo –no, el crepúsculo puede ser hermoso- una declinación de los valores edificantes que prometía la literatura a mitad del siglo XX. Y que al igual prometía el nuevo orden social burgués en el que nace la novela (entendida la novela como un género burgués producto de la impresión industrial, de la lectura masificada, de la valorización de la mano de obra que en ella interviene, entre otras razones). Hay una diferencia radical en la percepción de la lectura, pero que a la vez hay una coherencia con los estilos, temas y estructuras literarias de cada una de las generaciones aludidas.

 

 
Cabe preguntarse ante la observación anterior y en consecuencia: cómo se lee hoy? a diferencia de cómo se leyó hace una o dos generaciones: ¿es un mismo ceremonial? con el mismo respeto por la academia, la norma, el entorno, el valor del objeto libro y el valor del tiempo?. Creemos que hay un modo de leer que está extinguiéndose, y por razones que son cada vez más notorias. Y, en consecuencia un nuevo modo de leer comienza a posicionarse. Una generación que nace escribiendo en máquinas de escribir con 4 o 5 calcos para obtener 4 o 5 copias, o tipeando mimeógrafos corregidos con cutex de uñas, textos que previamente se habían escrito con lápiz grafito, tiene una percepción diferente de quien nace escribiendo en una pantalla ya de computador, ya de teléfono. Una generación que usa los signos de puntuación a diferencia de otra que usa los emoticones. Es que escribir conlleva el acto de leer. Se lee lo escrito. Y escribimos diferente.

Esta diferencia generacional también puede percibirse en el corpus estudiado. Lo que observamos en estas dos tendencias o generaciones presentes en la literatura de nuestra región es un proceso de recreación, de metamorfosis natural, nada original (las generaciones son como los árboles, cada año reverdecen nuevas hojas…C. Goic, ver cita) y que -como lo decíamos- manifiesto también, aunque menos extremo, en nuestra literatura femenina, pero con una variable: la presencia de la ciencia ficción, expresa en la novela de Josefa Alfaro “La Escasez de Chocolate” y de un tipo de literatura fantástica como “Shuvanis, Diario de Alexandra” de Alejandra Palacios. Por último precisar que el rompimiento temático, de estilo y formal de una nueva generación es mucho más extremo, en la literatura escrita por hombres. Incluso podríamos arriesgar la hipótesis que en las escritoras se puede identificar un rompimiento temático y formal mas mesurado y prudente que entre los escritores... pero ello ya es trabajo para el próximo 8 de marzo.  

 

 

Vayan estas palabras de homenaje a nuestras escritoras, porque la literatura femenina, en estos 13 años y en estas tierras, ha sido como sus antepasadas, señera y solvente, ella sigue siendo como nuestros ríos, que a veces corren en napas subterráneas de aguas fósiles, ancestrales, que subyacen bajo la dura y hermosa aridez de nuestro paisaje y en otras florecen permitiendo que nuestra tierra que nuestras letras en este caso, reverdezcan en el rigor más duro de esta sequedad, y sea generosa en palabras y libros que construyen, cual pimiento en el desierto, nuestra férrea identidad.



ESCRITORAS MENCIONADAS PERIODO 2009 - 2022

AGUILAR A. MARGARITA

POE

ALFARO TELLO, JOSEFA

NOV

ARAYA MORALES, ISABEL

INV

ARAYA SANDOVAL, KAROLINA

ANT

AROS PENSA, ERNA

POE

BARAHONA HERALDO, BRENDA

TEST

BERNEDO PLAZOLLES, ESTEFANÍA

CUE

CABELLO RUFFRAN, PATRICIA

INV

CERDA PFENG, PAMELA

INV

CID VARAS, MARISOL

TEST

CORDOVA HERNANDEZ, SYLVIA

TEST

CORTES SILVA, CAROLINA

INV

FAUNDEZ AGUILAR, NIDIA

CUE

FERNANDEZ ÀNGEL, IRIS

LEY

FERNANDEZ CANQUE, LILI

LEY

FERRADA ABE, ORFA

NOV

FIGUEROA ZAVALA, MARGARITA

POE

FLORES VARAS, ROSA

POE

GONZALEZ YANULAQUE, ARIELA

INV

GUTIERREZ, EVELYN

CUE

JIMENEZ WATT, LORENA

POE

LABBE GONZALEZ, ANA

TEST

LANDON VIO, MANUELA

TEST

MARDONES, PATRICIA

LEY

MARQUEZ, ELENA

POE

MARTINEZ EMMA, VANESSA

CUE

MENA VERGARA, CONSTANZA

TEST

PALACIOS HEREDIA, ALEJANDRA

ANT

PANTOJA MENA, MIRTA EDINA

POE

PARDO B, ORIANA

INV

PARRA ARAVENA, CLAUDIA

INV

PEREIRA CAMPOS, MAGDALENA

INV

POBLETE ARANEDA, NATACHA

TEST

QUIÑONES, GRACIELA

TEST

RAMIREZ, MYRTA

POE

RIOS QUINTEROS, YANINA

INV

SALAZAR ORDENES, LISSIEN

INV

SALGADO HERNANDEZ, MARTA

INV

SALINAS SALINAS, SABINA

NOV

TAPIA DURAN, JAVIERA

INV

TAPIA MARDONES. KATHIA

REL

 

 

TAPIA MONROY, CONNIE

NOV

TAPIA RIQUELME, CONSTANZA

INV

TOMICIC REBOLLEDO, BARBARA

TEST

VASQUEZ PONCE, TRINIDAD

DRA

VELOZO BOZA. GLORIA

NOV

YUCRA INQUILTUPA, VERONICA

CUE

 


 NOTAS



[i]   Monogatario: “es un género de la literatura de Japón. Narrativa en prosa de gran extensión, comparable a la épica. Muchas de las grandes obras de ficción japonesas como el Genji Monogatari; el Heike monogatari; o Hachikō Monogatari y Koneko Monogatari (Chatrán), pertenecen a este género” definición tomada de Wikipedia.

[ii]   “Una Historia de la Lectura” Manguel, Alberto; Pag. 160. Edit Norma, 1999, Colombia.

[iii]   “La Literatura en el Norte de Chile” Seminario de Bibliotecas Públicas 2015-2016, R. Alejandro Pérez compilador; en “Nodos y Filiaciones en la Poética de la Región de Arica y Parinacota” Daniel Rojas P. Pag 35.

[iv]   Las definiciones usadas como “Creación”, “Fomento a la Industria...” son conceptuales mas que literales dado que el Fondo del Libro ha ido variando nominalmente estas líneas a lo largo de los años.

[v]   “Hazla Cortita, Una Larga Historia en Pocas Palabras” 2018, 100 pgs. y “Hazla Cortita II, Una larga historia en pocas palabras” 2022, 147 pgs. Ambas de Lusevo Edit, son publicaciones del Plan Regional de Fomento Lector.

[vi]   Por esta razón estas autoras no son consideradas en el corpus.

[vii]   “Interpretación y Análisis de la Obra Literaria”, Wolfgang Kayser,

[viii]  “Teoría Literaria” Rene Wellek y Austin Warren.

[ix]   “Estructuras y Funciones del Discurso”, Teun Van Dijk; Siglo Veintiuno editores, 1980, México

[x]   “Mecanismos Internos. Ensayos 2000 – 2005”; Coetzee J.M.; Literatura Mondadori, 2009, España, en pag. 58 “Libro de los Pasajes” W Benjamin.

 

 

 

Editado e Impreso en Arica, Chile, Marzo 2023

Primera Edición Impresa

Encuadernación (manual)

Verano 2023, Arica.

Editor Responsable R. Alejandro Pérez M.

Autor: R Alejandro Pérez M.

Fuente utilizada en texto: Tahoma 10.

Se autoriza la copia citando la fuente.

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Dibujos son honra de

Nicolás Pérez S., Antofagasta.