Este HOMENAJE AL PERIODISMO ANTOFAGASTINO (174 pgs. Edit Lusevo, Arica, 2021) describe su etapa vital y generosa de principios del siglo XX. Época en que miles de periódicos como gaviotas revolotean por las calles. La prensa obrera es soporte y testera para una literatura de la pampa salitrera, la prensa comercial próspera, robusta y la prensa jocosa entrecruza pullas e informa del estado del arte de meretrices. Carpas se llenan de público que observan novedosas “vistas” o cortos que documentan la vida de la ciudad, y se publican acabados reportajes que denuncian la explotación del pampino. Pedreny surca el éter con la primera transmisión radial del país que la historia oficial no escucha. Un homenaje a periodistas, obreros gráficos, técnicos, maestros todos en su oficio. Un relato que describe variaciones de la estructura de la noticia, la propiedad de los medios, condiciones laborales, programas radiales. Epoca en que nuestro periodismo se vistió de honra. De tiempos prósperos en que se alza la ciudad y aciagos en que miles de salitreros son embarcados y devueltos al sur y nos quedamos solos, sin trenes, sin agua, sin trabajo. Un periodismo baluarte de fervor, imaginación e influencia que decae con la ciudad. Hasta la modernidad, alborada de la profesionalización, con la presencia de monopolios, radios FM y satelitales. Son cien años que no nos está permitido olvidar.